Flexibilidad es una palabra que, ahora, tal vez más que en otros tiempos, aparece en nuestro entorno general y, sobre todo, en el entorno educativo.

Pero, ¿por qué se ha hecho tan presente ahora?

Flexibilidad cognitiva
Flexibilidad cognitiva

El confinamiento nos ha demostrado que debemos hacer cambios sustanciales en nuestros modelos de vida y, hablando concretamente de los educadores, se nos impuso un reto enorme al mandarnos a trabajar desde la casa.

Salimos de nuestra zona de confort, de ese lugar en donde estábamos cómodos, en donde teníamos el control y conocíamos su funcionamiento.

Una vez que nos vimos ante ese evento que detonó un proceso de cambio, teníamos dos opciones: o nos montábamos en el tren de la novedad, o lo dejábamos ir.

Ambos escenarios llevan a resultados diferentes, relacionadas con el éxito en nuestro desempeño.

En otro post, acerca de la gestión del cambio, vemos que éste implica etapas bien definidas, cada una de las cuales tiene sus características y desafíos.

Muchas veces vemos que algunas personas se quedan como paralizadas ante una nueva situación, incapaces de tomar acciones que demuestren su proactividad para la resolución de situaciones problemáticas.

Las funciones ejecutivas nos equipan y se manifiesta su desarrollo, de manera especial, en situaciones de cambio.

Estas funciones han sido definidas como aquellas capacidades para formular metas, planificar procesos y estrategias, ejecutar planes y aptitud para llevarlas de manera eficaz (Lezak, 1982).

Dentro del grupo de estas funciones, se encuentran, entre otras, la planificación, razonamiento, inhibición, toma de decisiones, estimación temporal, ejecución de tareas simultáneamente y flexibilidad.

La flexibilidad, específicamente la cognitiva, se refiere a la capacidad que tenemos para adaptar nuestra conducta y nuestros pensamientos a las situaciones nuevas o inesperadas.

Visto esto, no debe resultarnos raro, que nos cueste tanto a algunos enfrentarnos a nuevas situaciones.

La flexibilidad cognitiva es una capacidad que nos ayuda a revisar lo que hemos hecho, volver sobre nuestros pasos y darnos cuenta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo.

Significa que mientras más flexibilidad cognitiva hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida, más apertura tendremos a la propia reflexión y podremos reconducir de manera más efectiva nuestras acciones cotidianas.

Las personas con flexibilidad cognitiva exhiben algunos de los siguientes atributos:

🍎 Tienden a mostrar mayor tolerancia ante los errores y los cambios de esquema. Lucen apertura para entender las razones que están detrás de estas circunstancias de modo que proyectan empatía y se hacen más cercanos.

🚩Ante una transición, logran pasar con mayor facilidad de una etapa a la otra y se disponen a diseñar las mejores prácticas que le aseguren el éxito.

🍎 Son capaces de mirar el mismo problema desde varias perspectivas o de incorporar las perspectivas de varias personas de manera sintética, por lo que contribuyen a la resolución de conflictos y a la búsqueda de soluciones.

🚩 Pueden adaptarse a los cambios, con la mejor disposición, lo cual les otorga ascendencia sobre los demás en sus equipos y les proporciona confianza.

Es importante buscar detrás de las conductas que exhibimos nosotros y quienes tenemos a nuestro cargo.

Como docentes, estamos expuestos a una serie de situaciones que demandan de nosotros mayor dominio de competencias.

La idea es que logremos asegurar el mejor mejor desempeño posible.

La buena noticia es que siempre hay tiempo para entrenar esta importante función.

Aunque los estudios apuntan que su desarrollo alcanza su clímax hacia los 20 años de edad; se ha comprobado que, con los ejercicios adecuados, puede entrenarse durante toda la vida.

Existen pruebas especializadas para medir la flexibilidad cognitiva.

Además, hay ejercicios que nos ayudan a mejorar esta, y otras funciones ejecutivas, con la inversión de algunos minutos al día.

La cuestión es disponernos a hacerlo. Tendremos mejores resultados.

¡Sigamos mejorando!

Gracias por leerme.

Emilia


Emilia Montero

Docente de vocación, emprendedora y formadora innata. Siempre de la mano de la actualización, la estrategia parte de ponerse en los zapatos del otro y ser empático. ¡Vamos por más!

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