El acompañamiento del docente a sus estudiantes resalta como una pieza clave para el éxito de su misión formativa.

Ya hemos dicho antes que dejamos de ser dadores de contenidos para convertirnos en los guías de esas personas que esperan de nosotros una huella que marque diferencia en su desempeño futuro.

Acompañamiento docente
Acompañamiento docente

Es por ello que, es importante enfatizar, cómo podemos llevar a cabo ese acompañamiento de modo que nos veamos como punto de referencia y apoyo.

A continuación, algunos elementos que pueden darnos una idea.

Comunicación asertiva.

Nos abrirá las puertas para ganar la confianza de nuestros alumnos.

Se trata de implementar formas de expresión que permitan la manifestación de las ideas de forma clara y coherente, con honestidad y respeto.

Esta comunicación se caracteriza por evidenciar genuino interés en el otro, con la mayor transparencia, haciéndole ver que siempre hay la intención de ayudar.

Puede que lo que se deba expresar no sea lo mejor pero, si lo mostramos de manera positiva, sin intención de perjudicar, el otro lo verá como un aporte a su crecimiento y lo hará propio.

Un docente que se comunica asertivamente, demuestra una habilidad social que puede garantizar una excelente relación con sus estudiantes.

Cada estudiante es único y merece un trato personalizado.

Sabemos que el tiempo siempre es un obstáculo cuando se trata de multiplicar prácticas que solían ser grupales.

Sin embargo, qué gran beneficio sería, que cada uno de nuestros estudiantes pueda sentirse atendido de forma exclusiva.

Esto puede lograrse con un corto mensaje, con una carita feliz. La idea es que sienta que tiene tu atención, que es especial para ti y que estás pendiente de lo que le pase.

Créelo, esto puede hacer una gran diferencia.

¿Tuviste algún docente que se interesara en ti?

Escucha.

Tu alumno siempre tiene algo que decir, y reza un dicho: «cuando el río suena, piedras trae».

Tomar en cuenta siempre los comentarios de nuestros estudiantes es muy necesario.

Cada uno tiene una personalidad diferente y, aunque pensemos que su aporte no es significativo o que puede ser redundante, algo tiene detrás y habla de cómo está ese estudiante.

Cuando escuchamos atentamente al otro, le estamos enviando un mensaje de motivación, lo cual, de manera automática, puede derivar en un mayor compromiso personal en el logro de los objetivos comunes.

Tomar en cuenta sus opiniones, nos enseña mucho como docentes. Dado que, por más experiencia que tengamos, no somos dueños de la verdad.

Sin dudas, nuestros estudiantes, pueden ayudarnos a encontrar rutas que no fuimos capaces de contemplar con anterioridad y en las que podemos profundizar, desde nuestra experticia.

Espera el momento adecuado.

No siempre estamos en el momento y el lugar propicios para acercarnos al otro.

Es imprescindible propiciar un ambiente acorde con nuestra misión de acompañamiento, caracterizado por la individualidad y la tranquilidad.

Todo feedback debe partir de lo positivo, independientemente del desempeño del que lo está recibiendo.

Es muy importante expresar las ideas a solas y no en colectivo. De ese modo, hay mayor probabilidad de conseguir mayor apertura y podamos llegar le mejor a nuestro formando.

La tranquilidad en el espacio, bien sea presencial o virtual, forma parte de una condición para la buena disposición, lejos de las distracciones.

Sé consecuente.

El acompañamiento docente es cuestión permanente, mientras el estudiante está a nuestro cargo.

Todos merecen sentir nuestra presencia a lo largo del tiempo, no sólo en un momento de crisis o durante una felicitación por el trabajo bien hecho.

Es así como, asegurar la implementación de dinámicas que nos permitan estar presentes, puede ayudar a que se asegure la continuidad.

Somos seres humanos y, por lo tanto, complejos. Muchas variables pueden explicar el comportamiento de nuestros alumnos.

Identificar sus fortalezas y debilidades, conocer sus sueños y fracasos, será una herramienta de gran valor para saber cómo tratarlos en los diferentes momentos.

Lo importante es que sepan que siempre pueden acudir a su maestro, con la seguridad de que serán y de que se sentirán muy bien atendidos.

Una buena actitud siempre ayuda.

Nosotros estamos para servir al otro, para apoyarlo, para guiarlo, para acompañarlo.

Por ello, cuando nos aproximamos a nuestro estudiante con una buena cara, con una sonrisa, con un comentario agradable, entonces se sentirá más cómodo y confiado.

No siempre estamos dispuestos para ello, pues tenemos una vida que no siempre nos brinda las condiciones para esta buena actitud.

Allí es donde es responsable de nuestra parte, comprender que si no estamos bien, es mejor posponer los encuentros, pues estaremos transmitiéndolo a nuestro entorno.

El acompañamiento docente es todo un arte, es un modo de vida que asumimos con gran responsabilidad, dentro de los múltiples retos de nuestra misión formadora.

Cada paso de nuestra formación en ese sentido, contribuye a mejorar nuestra calidad como seres humanos, punto de partida para la conexión con nuestros muchachos.

¿Estás de acuerdo? Me encantaría conocer tus anécdotas al respecto.

Gracias por leerme 🍎🍎🍎

Emilia


Emilia Montero

Docente de vocación, emprendedora y formadora innata. Siempre de la mano de la actualización, la estrategia parte de ponerse en los zapatos del otro y ser empático. ¡Vamos por más!

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *