¿Estarás bien mi amor? Eso me preguntó justo antes de partir a su viaje. Le respondí: «estaré feliz, liberada»
Nada más lejos de lo real. Lo extraño a montones y apenas se acaba de ir. Será un largo mes separados y apenas va la primera tarde. ¿Qué tal? Se reirá mucho al leer esto porque nunca se lo dije. Jajaja!
Es un hombre maravilloso que no pierde oportunidad para dejarme saber el amor profundo que siente por su esposa, es decir, por mí.
Sabe bien que soy de poco hablar, más bien de escribir y hoy es una magnífica oportunidad para contarle cómo se siente esto de que no esté cerca. Mejor dicho, de que esté tan lejos.
Al llegar a casa, luego de dejarlo en el aeropuerto, sentí un enorme vacío. Me preguntaba por qué, ¿por qué siento así la casa? Es normal llegar y que no esté. Ahhhhhhhh!!!! Pero esto es porque llego más temprano que él de mi trabajo y siempre se que llegará después. Aunque esté dormida (porque soy gallina y duermo muy temprano), él siempre me da un beso al llegar y quiere contarme cosas que ha experimentado en el día.
Gracias a Dios su pasaje tiene fecha de regreso, sé que en un mes lo veré de nuevo. Lo abrazaré muy fuerte y le diré cuanto lo amo. Es mi esposo favorito (porque no tengo más), es el hombre que escogí para pasar el resto de mis días y, tal y como él mismo diría, todo lo que me quede por vivir, quiero vivirlo con él.
Es un hombre encantador, de nobles y hermosos sentimientos. Cariñoso, amable, amigable. Trabajador y ejemplo de perseverancia para todos quienes lo conocemos. Es terco, cuando se empeña en algo lo consigue pues trabaja duro para ello.
¿Que tiene defectos? Por supuesto!!!! Por supuestísimo!!! Puede llevarme de la elevación del amor a la rabia en cuestión de milisegundos. Es obstinado y malcriado, contestón y parrandero. Podría enumerar más defectos pero no son más que sus virtudes. Es más, son muchísimo menos.
Después de muchos años, casi 25 al sol de hoy, prefiero colocar sus bondades delante de sus debilidades. El amor que me profesa puede hacer que en mi mente se borre cualquier evento desagradable y perdure lo más bonito.
Pido a Dios que lo proteja siempre y que me de la capacidad de hacerlo feliz cada día de su vida.
Arthur y Emilia son en ejemplo claro de que el amor sí que lo puede todo y es el gran pegamento que mantiene unidas a las personas que deciden compartir la vida para siempre.
2 comentarios
Andrea · mayo 29, 2018 a las 5:22 pm
Pienso que eres tan afortunada!!!! y me alegro de ello.
Emilia Montero · junio 11, 2018 a las 10:17 pm
Gracias mi China